LA HERIDA, SIGUE ABIERTA
mil veces he parido la idea de encontrar
el susurro de las olas que me transporten
hacia el final.
mil veces he pergeñado la idea
de saborear
la simple felicidad.
mil veces escupí al viento
y a las grietas del cemento,
mil veces mil,
mil noches de resurgir:
más vale muerto que encerrado
en este obsceno jardín.
voces que siguen en pie
allanan el camino a la mediocridad,
tallos de verde esperanza
rezuman a estiércol
bajo la humanidad.
mil veces soñé,
mil veces escapé,
seguid a la calle entre nubes,
seguid, seguid, hasta envejecer:
la verdad no está en el camino
está en el destino
de quién en ella quiera creer.
Ya no encuentras lo que buscas
porque has rebasado el límite,
ya no te escondes ni inventas esconderte,
sabes buscar lo malo allá donde camine tu suerte.
Has escogido sumirte en la ley,
has escogido creerte más limpio,
has mirado el espejo
y no te ves,
tu imagen es ahora la del resto de ciempiés.
No creas que no te añoro, te percibo a cada instante,
eres como un agujero del que no puedo escaparme.
Pero tu misma me has enseñado,
con cada uno de tus detalles,
a saber más de mi mismo,
a estar cada día más de mi parte,
y desde entonces estoy aquí,
moviendo y removiendo
la cizaña, los empates,
hazme caso no te rindas
descubrirás de que estoy hecho
antes de alcanzarme.
Quién es ahora el listo
que no paga por vivir,
no estamos todos en desventaja
a la hora de reir?
Quién será el capullo
que florezca pa emitir
las verdades que desde antaño
nos obligan a asentir?
Será seguro un tipo tan duro
que no me dejará elegir,
de esos que nos bailan el agua,
de esos que nos engañan todas las mañanas,
de esos que entre las sombras
siempre están afilando navajas.
Será capaz de convencer
a los que adormilados empiezan a emerger?
Ya hubo cien intentos,
ya todos estaban contentos:
los corbatas con su tez,
los curatas con su fe,
rechinan los dientes sangrantes
que nada tienen que morder. Es la hora
del sepelio,
las arrugas se alisan,
nadie debe tener miedo,
solamente seremos esclavos
si nos instalamos en el tedio.
Un mechero, gasolina, la ley;
porqué he de ir preso?
me guardan la cara los de la tierra
los que aún se apellidan payés.
Un mechero, gasolina, la ley
porqué he de ir preso
si yo lo que quiero es cagarme en el rey?
Joe Eztrummer
octubre 2007
dekadencia sonora
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