Cónica de un desalojo
Hoy, jueves 29 de noviembre, la policía ha llegado al centro social a eso de las 8 de la mañana. Han llegado para cumplir la orden de desalojo. Dos compañeros se han quedado dentro de la sede, arriesgando su propia integridad física para estirar un poco más la resistencia que ha sido santo y seña de Casas Viejas. La policía, ante la situación, se ha visto obligada a llamar a los bomberos para proceder al desalojo de estas dos personas.
Mientras, poco antes de las 12 del mediodía, cientos de compañeros de Casas Viejas, vecinos del Pumarejo, ciudadanos anónimos y estudiantes siguen concentrados en la Plaza del Pumarejo, en una concentración pacífica que no desea sino transmitir el rechazo y el asco hacia una actitud político poco ética. Casas Viejas puede ser historia en pocas horas . Un centro donde se han organizado miles de actividades, jornadas, conciertos, talleres... Un punto de encuentro para muchos jóvenes y jóvenas, uno de los pocos espacios culturales que actúan en Sevilla.
Santi me dijo una vez que "desde que entramos a la casa sabíamos que el desalojo tendría lugar. Cuando okupamos, lo hicimos sabiendo que esto podría terminar algún día. No nos preocupa, ya sabes: un desalojo, otra ocupación".
Mientras tanto, la policía sigue procediendo al desalojo en un acto dictatorial que ha sido organizado con cautela por el orden político. La calle Antonia Saenz, donde se encuentra Casas Viejas, está acordonada para impedir el paso de nadie. Quizá la policía no quería testigos en cualquier posible incidente. Lo cierto, y afortunadamente, es que al lugar se han desplazado numerosos medios de comunicación que darán testimonio de lo que allí está pasando.
Seguiremos informando.
Andrew LeMarek
Dekadencia Sonora