El Pasajero (IV) Suerte
Sacas de tus carnes
la espuela: es la verdad;
la herida no cerrará
mientras no cicatrice tu suerte;
despliega tus alas
si no las has cortado
si el camino, sembrado,
ha empezado a germinar.
¿eres capaz de oler tu muerte?
el hedor no se contiene,
escapa de tus manos.
liebre perseguida por mil galgos
hambrientos, magullados
en senderos, sin agua que
llevarse al gaznate.
el rayo no te alcanza,
empiezas a cicatrizar
rellenando los huecos con sal,
la luz alumbra tus pasos
y los convierte en estiércol restregado
por las caras,
a merced del sarcasmo.
la hierba te crece,
inventas palabras o rastrojos
para no perderte.
con pico y pala
cavas el foso que
enterrará tu suerte.
y ella se acerca, temerosa,
al oir rechinar tus dientes.
joe eztrummer
dekadenciasonora 2008
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