Rokanrol
A ver que es lo que hacen ahora que quieren convencernos de todo su plan. Nos acorralan cada día y aun kieren acorralarnos mas. Construyen viviendas que acabarán pagando nuestros nietos, escupen su moralidad en la que quedamos atrapados, se atrincheran en su estupidez y no nos dejan construir otra realidad, y el pozo del Inem siempre tan cerca; censuran el botellón y no son capaces de proponer una alternativa eficaz , nos bombardean con palabras bonitas y alabanzas al poder transformador de la juventud mientras nos acusan de destrozar el mobiliario público por las noches; se quejan de nuestra vagancia, de nuestro distanciamiento de la realidad, de que solo vemos televisión, pero el filete cultural se lo comen ellos solos. Toros, rondallas, procesiones y mucha tómbola benéfica. Sólo falta sacar las castañuelas. Luego se lavan las manos con cuatro conciertos y un par de talleres de trenzas y pulseras en verano. Mucha información, eso sí, mucho curso de creación audiovisual, de literatura, pero siempre fuera de aquí, por no hablar del concepto musical que se impone: zarzuela, flamenco, un concurso de tunos mugrientos. Y digo se impone porque es lo único que se promociona. Todo lo que no sea lo que ya hemos visto u oído no es válido. Se suprime la cata rock, se suprime el montijazz, si intentas mostrar algo diferente te ponen mil trabas, lacerándote poquito a poco, y luego mandan a los municipales porque haces demasiado ruido. Haz deporte, no bebas, se un buen ciudadano, y si kieres divertirte púdrete en la discoteca. Ese es su mensaje, su política tan correcta, lo que nos queda si no somos capaces de alterar, de subvertir, de destruir su pensamiento hipócrita, si no estamos dispuestos a introducir el rokanrol en nuestras vidas y hacernos libres.
© JOE EZTRUMMMER / OCTUBRE2006
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